Lesiones en la práctica de esgrima.

Dos tiradores practicando esgrima, el del fondo lleva la iniciativa, mientras el que está en primer plano y de espaldas, se está defendiendo

La esgrima es un deporte de combate en la que dos contrincantes se enfrentan usando un arma blanca con la que deben tocar al contrario. Aunque no es un deporte muy extendido, en 2019 contaba con más de 6.600 deportistas federados. En la esgrima deportiva se usan tres tipos de arma: el florete, la espada y sable. Cada una de ellas tiene unas reglas concretas y necesitan de una técnica diferente. Los practicantes de la esgrima se llaman tiradores.

En la práctica de cualquier deporte siempre hay que tener en cuenta la prevención de la aparición de lesiones, y para ello debemos calentar antes de empezar su práctica.  En el caso de la esgrima debemos hacer un calentamiento muscular y articular de 7 a 10 minutos antes de los combates, haciendo especial énfasis en el hemicuerpo armado (o sea, la parte con la que sostenemos el arma y que es la que ofrecemos al contrario) ya que las lesiones se presentan fundamentalmente en esta parte, que es la que también deberemos fortalecer más.

En la práctica de la esgrima toman parte prácticamente todos los músculos del organismo, y algunos de ellos soportan una carga muy intensa. Hay que prestar especial atención los miembros inferiores.

Qué debemos valorar en la práctica de la esgrima

Como ya hemos visto, una de las características de este deporte es el uso de un arma. Como consecuencia debemos usar de forma adecuado todas las medidas de protección que ofrece el equipo del tirador: casco (la mascara enrejada que protege cabeza y cara), chaqueta o peto protector, guante, calzado y arma utilizada.

Técnicamente hay que trabajar en las posturas y gestos realizados durante los combates: para ello es imprescindible el trabajo con un entrenador, que proporciona las pautas y correcciones necesarias que servirán para mejorar el rendimiento y evitar lesiones.

Como en cualquier otro deporte, en la aparición de lesiones deben considerarse diferentes factores:

Edad

Tipo de constitución

Nivel de entrenamiento

Lesión es previas

Enfermedades concomitantes

Mecanismo de la lesión

Las lesiones más comunes entre los tiradores de esgrima:

En la mayoría de los casos la lesión se puede atribuir a un hecho concreto. Normalmente se debe al abuso, la duración o excesiva carga y gestos repetitivos. Estas lesiones suelen afectar principalmente a tendones, periostio y músculo.

Las lesiones más frecuentes por abuso son:

Hematomas por golpes de contacto con el arma. Pese a todas las medidas de protección las armas de esgrima están hechas de acero (un sable puede pesar hasta 500 gramos) y pueden producir de forma fortuita lesiones por golpes.

Hombro. En esgrima la parte dominante es la que sostiene el arma, y ese brazo trabaja en los ataques y en la defensa. El hombro afectado por lesiones suele ser este, ya que es el que realiza más movimientos. Las dos lesiones más comunes son la periartritis (por sobrecarga repetida del tendón de la porción larga del bíceps y del supraespinoso) y la tendinitis bicipital (producida por el manejo del arma y el peso de la misma)

– Codo. La lesión más común en el codo es la epicondilitis. Esta es una lesión crónica que suele aparecer tras muchos años de práctica. El peso de las armas junto con las vibraciones que causa el choque de las mismas, que se transmiten por el brazo armado, hacen aparecer un proceso inflamatorio crónico con dolor en la cara externa del codo.

– Rodilla. Es la articulación más afectada por las lesiones entre los tiradores. La rodilla de saltador, se caracteriza por dolor en el polo inferior de la rótula que aumenta al flexionar en carga. También se producen lesiones agudas de ligamentos y menisco.

-Pie y tobillo. La lesión más frecuente es el esguince de tobillo como consecuencia de la supinación del pie. Otras lesiones frecuentes son la talalgia (que afecta el talón del pie adelantado), la tendinitis que normalmente afecta el tendón de Aquiles y fascia plantar.

– Lumbalgia. Se produce por la sobrecarga que aparece cuando el tirador recula. Esta es una lesión que suele presentarse más frecuentemente en los deportistas zurdos.

– Fracturas. Son lesiones muy poco frecuentes.

– Lesiones por rotura del arma. Son poco comunes, pero pueden ser excepcionalmente graves y se deben al mal estado del equipo o a que el tirador no está protegido adecuadamente.

El signo clínico de las lesiones es dolor en la zona afectada. En algunos casos se nota al inicio del ejercicio, pero desaparece o mejora al hacer movimientos repetitivos. También puede suceder lo contrario, que aumente durante el ejercicio o aparezca durante el reposo.

Los tratamientos son: exploración, frío local, vendaje compresivo, antiinflamatorios, reposo y fisioterapia.

Conclusiones y recomendaciones para evitar lesiones.

Se recomienda una serie de medidas preventivas de carácter general:

– Mantener equipo en perfectas condiciones. Tanto las partes del equipo destinadas a protegernos como el arma deben estar en perfectas condiciones.

– Erradicar vicios o errores técnicos. Parte de nuestro entrenamiento debe estar dirigido a la técnica, especialmente a las posturas y movimiento repetitivos.

– Mantener unos niveles de atención y concentración adecuados durante la práctica deportiva.

– Realizar un calentamiento adecuado antes de la actividad deportiva.

– No aumentar de manera brusca el volumen o la intensidad del entrenamiento.

– Respetar y garantizar tiempos de reposo y recuperación suficientes.

– Procurar una alimentación e hidratación adecuadas.

– Mantenerse alerta en el diagnóstico precoz en cuanto aparece dolor.

– Consultar siempre ante los primeros síntomas. Un tratamiento precoz evita la cronificación de lesiones.

– No volver a la actividad deportiva hasta la total recuperación de la lesión.

– La incorporación deportiva tras una lesión siempre debe ser gradual. Nunca se iniciará con una competición.

Estas normas, pueden resultar obvias, pero muchas lesiones crónicas o de difícil manejo tienen su origen en la no observación de las medidas antes comentadas.

Bibliografía

1.- García-Manso JM, Navarro VM, Ruiz CJA.

Pruebas para la valoración de la Capacidad motriz en el deporte. Madrid, Editorial Gymnos S.L. 1.996.

2.- Velásquez RJ.

La Nueva Didáctica de la Esgrima. Buenos Aires. Editorial Gráfica Pinter S.A. 2005.

3.- Reglamento FIE (2011). Español.

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